Reflexiones sobre el Eterno retorno

Conociendo al Eterno Retorno

He estado pensando mucho en el ‘Eterno Retorno’ de Nietzsche. Este concepto es algo así como un faro que ilumina nuestro camino moral y nos ayuda a tomar decisiones conscientes. Además, también puede darnos una idea muy clara de quiénes somos y de si estamos a gusto con lo que vemos cuando nos miramos al espejo.

El Eterno Retorno plantea lo siguiente: si un demonio apareciera y revelara que tu vida, tal y como la conoces hoy, se repetirá siempre, una y otra vez, con todos los acontecimientos sucediendo en el mismo orden exacto - tus decisiones, miedos, aciertos, equivocaciones y emociones - ¿cómo te sentirías?

Si este concepto te produce aburrimiento o miedo, eso podría ser una señal de que te sientes atrapado en tu vida y que solo estás observándola desde los costados sin realmente participar. ¿No sería mejor estar atento, ser consciente de cada paso y estar presente en cada desafío que se presenta ante ti y que seguramente se repetirá indefinidamente?

El Eterno Retorno nos muestra que:

  • Si has lastimado a un ser querido en el pasado, lo repetirás.
  • Si has tenido un día terrible en tu trabajo, lo volverás a tener.

Amor Fati

La filosofía del Eterno Retorno nos empuja a enfrentar el futuro de manera activa y a la vez nos enseña a dejar los errores del pasado en el pasado. Pues son esas experiencias y errores previos los que nos han llevado al lugar en el que estamos hoy y los que forman parte de nuestra identidad. En esta línea de pensamiento, Nietzsche nos invita a amar nuestro destino (Amor Fati).

Si no logramos encontrar ese amor a nuestro destino, podría ser porque en nuestro interior hay algo que no encaja. No nos reconocemos a nosotros mismos y deseamos que todo termine pronto.

Pero si somos capaces de amar nuestro destino es porque hemos comprendido que nuestros errores son oportunidades para crecer.

Relaciones con otras corrientes filosóficas

Al pensar en el Eterno Retorno y el Amor Fati se hace inevitable la comparación con el Estoicismo y el Budismo. Como Epicteto reiteraba constantemente, debemos concentrarnos en lo que está a nuestro alcance controlar y no preocuparnos por lo que está fuera de nuestro poder. Aunque no podemos evitar los conflictos con los demás, sí tenemos la capacidad de decidir cómo nos afectarán y cómo responderemos a ellos.

Por otro lado, encuentro algunos paralelismos con el concepto de “Mala Fe” de Sartre. Somos responsables no solo de nuestras acciones, sino también de nuestras expectativas sobre los demás.

Correlacionando la mala fe y el eterno retorno, notamos que ambos conceptos se cruzan de formas interesantes. La mala fe puede ser interpretada como una respuesta al miedo que nos genera la idea de la repetición y la inevitable fatalidad que lleva consigo el concepto del eterno retorno.

En la Vida Cotidiana

Ser consciente del Eterno Retorno puede ayudarnos a tomar decisiones que marquen una diferencia en nuestras vidas. El camino hacia el Amor al Destino o Amor Fati puede ser largo, pero está lleno de enseñanzas y aprendizajes.